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viernes, 28 de agosto de 2015

Historia de la Música Criolla

Historia de la Música Criolla

La cultura musical criolla se inicia con la llegada de los españoles y los esclavos africanos que fueron traídos por ellos. La criollada en Lima construye de manera constante una identidad propia, transformando los géneros musicales y patrones estéticos importados. Desde la presencia de valses de origen vienés, mazurcas, jotas españolas, continuando con la influencia de la música francesa e italiana, la cultura popular limeña se fue perfilando a través de la transformación y decantación de géneros, de tal manera que, aun asumiendo las modas correspondientes a cada época, se gestaron y desarrollaron algunas formas musicales que llegan hasta fines del siglo XX y que identifican lo limeño. Cada momento histórico, desde la época colonial hasta ahora, fue plasmándose de diferentes maneras la cultura musical a través de los instrumentos musicales utilizados, las formas y contenidos del canto, los bailes.
Entre los géneros más importantes, sembrados desde el siglo XVII y cultivados en el siglo XX se encuentran el vals peruano, la marinera, el tondero y el festejo.

La Música Criolla en el Siglo XX

El nacimiento del siglo XX encontró a Lima en medio de un arduo trajín musical. Los cantantes de entonces buscaban voltear la página del viejo jorge vienés, ya en agonía. Francisco Ferreyros, bohemio y popular solista de entonces, cantaba a pulmón limpio en la Alameda de los Descalzos temas decisivos: "Luis Pardo", "Celaje", "China Hereje" o "Ídolo". No era raro que eso ocurriese. 
Las retretas públicas y los musicales de los teatros habían creado un público fervoroso que oía a sus intérpretes con no poca pasión. Eso hizo posible que un dúo de cantantes del distrito del Rímac, Eduardo Montes y César Manrique, fueran llevados a Nueva York en 1911 por la Casa Holtig y Cía. El fin era grabar discos para la Columbia Phonograph & Company. Aquel dúo produjo un total de noventa y un discos de 78 rpm, con 182 temas, todos de la llamada Guardia Vieja, generalmente autores anónimos que nunca pensaron en ese lujo estrafalario de los derechos de autor. Los discos grabados se vendieron en Lima inmediatamente. Fue el primer dúo en abrazar la fama. 
La limeñita con Óscar Avilés

En la segunda mitad de la década de 1930 brillaba Rosita Ascoy, "La Limeñita". Años más tarde congregaría a su hermano Alejandro, su eterna segunda voz y guitarra. Ambos eran menudos, sin arrogancia y muchos decían que sus registros de voz eran más bien modestos y que su guitarreo no salía del tundete. Pero la emoción, el sentimiento con que cantaban, su cuidadosa elección de temas de la Guardia Vieja, los hicieron inmortales. 
Felipe Pinglo Alva
Como una centella aparece en el firmamento musical don Felipe Pinglo Alva, paradigma del criollismo de todos los tiempos, con sus letras plagadas de crónicas políticas de la crisis de la época. ‘El plebeyo’, ‘El huerto de mi amada’, ‘El espejo de mi vida’ son algunas de sus más famosas composiciones. Para muchos, fue con Pinglo que la música criolla llegó a encumbrarse al máximo en el gusto de los limeños de esos tiempos. Con el advenimiento de la radio se populariza mucho más el ritmo criollo. Algunos cronistas recuerdan que las emisoras radiales convocaban con fines de promoción a los más renombrados intérpretes del criollismo para que actúen en vivo. Según dicen, la aceptación del público era multitudinaria y los artistas disfrutaban directamente del calor popular. Serafina Quinteras, la primera poetisa de la canción criolla con su ‘Muñeca Rota’, Lorenzo Humberto Sotomayor y su vals ‘Corazón’ y César Miró con ‘Todos vuelven’ son los más ”sonados" del criollismo. 
María de Jesús Vásquez
En 1939, la cantante María de Jesús Vásquez es ungida en el cine Teatro Apolo del barrio del Chirimoyo, bajo el epíteto de Reina y Señora de la Canción Criolla, es una de las primeras intépretes en cantar temas de Pinglo.
Contemporáneos de Felipe Pinglo, el dúo Costa y Monteverde, conformado por Jorge Costa y Ángel Monteverde, fue uno de los más extraordinarios de su época. Los guapeos criollos de Jorge Costa hicieron historia. Tímidas y hogareñas, estaban Las Limeñitas, las hermanas Graciela y Noemí Polo. Ellas frecuentaban también los tabladillos de Radio Nacional y Radio Lima, pero nunca recalaron en la bohemia. Como otros cantantes de la época, ellas habían sido descubiertas por el prolífico pianista Filomeno Ormeño, que con Lucho de la Cuba, pianista también, acompañaban y arreglaban a cuanto cantante con proyecciones se paseaba por las radios. Algo después, en la década del 1940 aparecen otros conjuntos criollos, estimulados por las grabaciones hechas en Chile y Argentina. 
En Lima se grababa en un modesto estudio al lado de las vías del tranvía, por lo que cada vez que este pasaba, se estropeaba la grabación. En esta década brillaron Los Chalanes del Perú (con Lorenzo Humberto Sotomayor, Alejandro Cortez y Pepe Ladd entre otros) y Los Trovadores del Perú (Miguel Paz, Javier Gonzales y Oswaldo Campos), quienes fueron los primeros conjuntos peruanos en ser aclamados también en el extranjero.
El 18 de octubre de 1944, el Presidente Manuel Prado Ugarteche dio la Resolución Suprema que establecía que el 31 de octubre de cada año se celebraría el "Día de la Canción Criolla" en el Perú, con la finalidad de exaltar los aires costeños de la música peruana. Pero, la idea de tener esa celebración no salió de parte de las autoridades, sino que se debió a las persistentes gestiones de un amante del criollismo, Juan Manuel Carrera del Corral, quien tenía el sueño de que nuestra canción criolla pueda tener un día en el que se le recuerde y celebre como se debe. En mi último viaje a Lima, entre otras cosas, tenía el deseo de encontrar el nicho donde se encontraban los restos de quien hizo posible que la canción criolla tenga su día. Sabía que Juan Manuel Carrera del Corral había fallecido a fines de la década de los 50, pero, hasta ese entonces, no había podido encontrar la fecha exacta de su deceso. Gracias a los archivos de la Beneficencia Pública de Lima pude encontrar la fecha de su fallecimiento y el lugar donde se encontraba enterrado, que me guiaron para que siga descubriendo algunos detalles más sobre ese gran criollo.
 A mediados de la década surgió el dúo Los Morochucos formado por Augusto Ego Aguirre y Luis Sifuentes, que al fallecer Sifuentes, se convertiría a partir de 1947 en trío con Alejandro Cortez y Óscar Avilés. Este trío, liderado por su director y fundador Augusto Ego-Aguirre, fue conocido como "Los Caballeros de la Canción Criolla" y aunque sin arraigo popular, fue muy conocido entre los sectores acomodados de la sociedad.A lo largo de la historia, muchos conjuntos de música criolla han sido y son admirados, pero sólo dos de ellos fueron idolatrados por el pueblo y tuvieron un éxito masivo y apoteósico: el trío Los Embajadores Criollos (1949-1982) y el dúo Los Troveros Criollos (1952-1990). 
Los Embajadores Criollos
Los Embajadores Criollos, formados en 1949, estuvieron integrados por Rómulo Varillas, Carlos Correa y Alejandro Rodríguez. Provistos de temas melodramáticos en el límite del llanto "Víbora", "El Tísico", llegaban a sus audiciones en la radio en elegantes autos Studebaker o Mercury, excitando el griterío de sus fanáticos que los esperaban en la calle. Rómulo Varillas, impar primera voz del conjunto, quien tenía una gruesa cadena de oro en el tobillo, que lucía al poner el pie en una silla para sostener su guitarra. Algo paradójico: en 1998 Varillas de Los Embajadores Criollos murió en la pobreza extrema, víctima de diabetes generada por su bohemia excesiva y Cortéz de Los Morochucos, en extrema soledad y olvidado por quienes antes lo adularon y aclamaron. 

A partir de los 50

A comienzos de la década del 50, la canción criolla deambulaba entre la jarana estridente y el quejido plañidero de Los Embajadores, hasta que en 1952 aparecieron Los Troveros Criollos, el dúo formado por "El Carreta" Jorge Pérez y Luis Garland. Era el apogeo de la música nacional, pero se vió con dificuktades al llegar nuevos géneros extranjeros como el rock.
Los Troveros Criollos
En un hábil cambio de manos, se dedicaron a interpretar primero un amplio repertorio de canciones alegres, como Cirilo Murruchuca, Un Zapatero celoso" y otros, luego aumentado con valses del compositor Mario Cavagnaro, hechos en replana de barrio. Tremendo suceso. Fueron aclamados por el pueblo, principalmente por los jóvenes quienes se identificaron con ellos y con su mensaje alegre y optimista. Su alegría sencilla y contagiosa los paseó por la popularidad, rompiendo todos los records de ventas. Claros ejemplos son los valses: "Yo la quería Patita" y "Carretas aquí es el Tono". Esta puerta abierta por Los Troveros Criollos condujo a la aparición de otros grupos, como el trío Los Romanceros Criollos, que siguió la senda de la música criolla alegre, pícara pero no destemplada. Julio Álvarez, Guillermo Chipana y Lucas Borja, que debutaron en 1953, pronto compartieron fama y salas de radio con los anteriores grupos. Emblema suyo fue China hereje. La popularidad de estos grupos era aumentada, al ir mucho a la radio y grabar otros discos quincenalmente. Eso daba para que la policía disolviese a los entusiastas que siempre abordaban a los músicos y para que estos viviesen bien, sin tener que hacer ninguna otra cosa más que cantar. Entonces "Radio La Crónica" o "Radio América" podían poner doce horas de música criolla continuada, sin perder sintonía. 
Los Dávalos
La jarana no solo estaba en Lima sino en el país entero. Eso lo probaron Los Dávalos en 1954, dos hermanos arequipeños que debutaron cantando "Melgar", el segundo himno de su tierra. Su tono quejumbroso y regionalista los identificó con la Ciudad Blanca. Con los años viajaron a Nueva York y se quedaron a vivir allá, como dioses vivos de la colonia peruana. En 1956 surge otro gran trío, Los Troveros Criollos, tal vez el conjunto criollo más versátil y completo de la historia, que sobresaliera prácticamente en todos los géneros de la música criolla, aunque brillaban interpretando marineras limeñas.
Conjunto Fiesta Criolla
Los Troveros Criollos estuvieron integrados en su segunda fase (1956-1962) por Lucho Garland, Humberto Pejovés y Pepe Ladd. Inolvidables sus valses Luis Pardo, Romance en la Parada y Rosa Té, tema con el cual ganaran el Festival Cristal de la Canción Criolla en 1960. Su extraordinario y vastísimo repertorio, que incluye la versión original del vals "El Rosario de mi Madre", fue re-descubierto sólo el 2010, cuando se digitalizaron y publicaron por primera vez sus temas. Ello ha causado un renacimiento de este gran conjunto. Junto con el otro gran conjunto Fiesta Criolla, fueron los grupos predominantes en la segunda mitad de esa década. 
Pocos después, en 1957, apareció el mejor dúo mixto que se recuerde el de Irma Céspedes y Oswaldo Campos. Irma tenía una voz privilegiada. De Oswaldo se admite que fue una de las mejores segundas voces del criollismo. Ellos eludieron los temas que maltrataban a la mujer con sus letras, algo frecuente entonces por la influencia de los temas de Los Embajadores Criollos, para enraizarse en la tradición. Cantaron juntos muchos años.
Los Morochucos
En esta época destaca también Augusto Polo Campos, en donde empieza a ganar fama junto con sus composiciones interpretadas por el grupo ya en trío Los Morochucos, quienes popularizaron su más grande éxito internacional Cuando llora mi Guitarra, así como Cariño Malo y Si Lima pudiera hablar. 
Chabuca Granda
Sin embargo, los personajes que empiezan a ganar peso en estos tiempos son las mujeres, así surgen entidades como Lucha Reyes, y compositoras como Alicia Magüiña  y Chabuca Granda, que empieza a transformar los vales tristes y melancólicos a valses alegres y jaraneros, componiendo temas como José Antonio, Fina Estampa, Gallo Camarón, El Surco y su más grande obra: La flor de la canela, composición popularizada por el grupo Los Chamas. 
Los Kipus, con Carmen Montoro
En 1959, Paco Maceda junto con Genaro Ganoza, y Carmen Montoro formaron el trío Los Kipus. En agosto de 1959 su primera canción, "Por que sigues llorando" fue escrito con la ayuda de Rafael Otero. Cabe señalar que también es la época en la que los ritmos negros empiezan a ser reconocidos dentro de marco musical criollo, un paso importante para la erradicación del racismo en la tierra del inca.
En 1969, Ronaldo Campos creó la Asociación Cultural Afroperuana Perú Negro, conformado por Isidoro y Lalo Izquierdo, Rodolfo Arteaga, Sara y Pilar de la Cruz, Esperanza Campos, Línder Góngora, Lucila Campos, Víctor Padilla, así como Caitro Soto y su hermano Orlando (primos de Ronaldo).

A inicios de los setenta resalta el trabajo de cantantes como Arturo Zambo Cavero, Óscar Avilés, Lucila Campos, Rafael Matallana, Manuel Donayre, Lucía de la Cruz, María Obregón, entre otros, así como la popularización del grupo Los Kipus, ahora teniendo como cantante principal a la que sería la reina del landó y años después la máxima cantante de la música peruana: Eva Ayllón. En esto destacan temas como Mal Paso, Nada Soy, Huye de mí, Cariñito y Súplica. 

Es un tiempo de dominio militar nacionalista, se crean temas muy populares como los patrióticos "Y se llama Perú" y "Contigo Perú", de la autoría del compositor Auguto Polo Campos, interpretados por el dúo de Arturo Zambo Cavero y Óscar Avilés, quién se había ganado el título de primera guitarra del Perú.  También se encuentra la composición Regresa, canción interpretada por Lucha Reyes, quién falleció en 1973 un 31 de octubre.

Lucha Reyes
A inicios de los 80' destacan el trío formado por el Zambo Cavero, Lucila Campos, conocida en ese entonces como la morena espectáculo y Óscar Avilés, publicandose "¡Que Tal Trío!, y "Valseando Festejos", cuyas ventas eran cuantiosas. En 1983, la máxima compositora del Perú muere en Maiami por un problema cardioco, sus restos fueron paseados por la actualmente conocida: La Alameda de Chabuca. En 1984 se compone el último vals criollo del siglo XX: Nuestro Secreto, de Feliz Pasache en 1984.

Entierro de Chabuca Granda

Portada del Albúm ¡Que tal trío!

Tres años después, el 3 de Junio de 1987, luego de gestiones del entonces Presidente de la República, Alan García, la Organización de Estados Americanos (OEA), distinguió a Óscar Avilés, Jesús Vásquez, Arturo "Zambo" Cavero, Luis Abanto Morales y Augusto Polo Campos, con el título de "Patrimonio Musical de América"; dando inició a un proceso de reconocimientos a distintos personajes que han dado tanto a nuestro folclore musical.

Entre las décadas de los 80' y 90' llega la nueva generación de cantantes criollos, resaltando Julie Freundt, quien lanzó su primer disco “Algo de mí” en el año 1990, donde demuestra todo su potencial como intérprete y compositora pues incluyó temas de su autoría. Así también e encuentra el trío "Los Ardiles".
Julie Freunt
En las últimas dos décadas la música criolla ha sido objeto de varios premios y reconocimientos como los grammys ganados por Susana Baca, quien ha llegado a ser ministra de cultura o Tania Libertad, ganadora del grammy a la excelencia musical. También debe hacerse mención las 8 nominaciones del dicho grammy que posee Eva Ayllón, siendo 4 para la categoría folclórica además de un grammy a la excelencia.
Susana Baca
A partir del año del 2009, ha empezado una serie de lastimosos fallecimientos y grandes pérdidas para la música peruana, empezando con la muerte del Zambo Cavero (2009), Jesús Vásquez (2010),  Rafael Matallana (2010), Esther Granados (2012), Panchito Jiménez (2014), Victoria Santa Cruz (2014), Rafael Santa Cruz (2014), Óscar Avilés(2014), Lucila Campos(2016), Andrés Soto(2017) y Luis Abanto Morales(2017). En el año de 2020, en contexto de pandemia de Covid-19, mueren Alicia Maguiña y María Obregón. Sin embargo, gracias al trabajo que nos dejaron y con la ayuda de nuevos artistas criollos internacionales, y la migración de millones de peruanos al extranjero para una vida mejor, la música criolla está presente en todos los rincones del mundo, incorporando nuevas formas, nuevos temas y nuevos estilos, enriqueciéndose en belleza y cultura, dejando en alto el nombre del Perú.

Para más información ver el siguiente video: 


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